No se si para bien o para mal, la saga Harry Potter está ya en su tramo final. Han pasado muchos años desde que aquel joven Potter de 11 años recibiese el mejor regalo de cumpleaños que un chico jamás pudiese haber soñado, el don de ser mago y no un mago ordinario cualquiera, si no el único mago capaz de sobrevivir a la magia de Lord Voldemort, el mago más oscuro de todos los tiempos. Muchos cumpleaños después, por fin 'el elegido' Harry Potter se enfrenta a su destino en la entrega más oscura, más aún que el propio libro, fiel y por qué no, realista de la extensa saga.

Básicamente, ‘Harry Potter y las reliquias de la muerte: parte I’ es una historia de responsabilidad, de inconformismo, de amor y amistad, de cómo luchar con uñas y dientes por nuestro futuro, sin importar cuántas cosas podamos perder en el camino.
De esa escena inicial en la mansión de los Malfoy percibimos una frialdad que hasta la anterior entrega era casi inédita en la saga (sobervio Alan Rickman con apenas unos segundos en pantalla) y que hemos podido echar en falta en otras entregas como 'Harry Potter y la Orden del Fénix' (que supuso la primera incursión del director actual David Yates.) Aquí nuestros héroes son perseguidos y torturados. Esta ya no es la película para todos los públicos que se estrenaba por allá en 2001.

El metraje de cerca de dos horas y media de duración, no resulta excesivo en ningún momento porque el ritmo no decae gracias a la excelente dirección de David Yates.
Quizá, lo único que le podríamos echar en cara a Yates es que probablemente muchos espectadores lo tengan fráncamente difícil para meterse de golpe en la historia por la sobrecarga de personajes secundarios, pero es que es difícil satisfacer del todo a un espectador nuevo cuando se trata de una séptima entrega.
Habiendo invertido mi tiempo y dinero durante tantos años en el mundo fantástico de Potter, es un orgullo decir con palabras mayúsculas que como película, ‘Harry Potter y las reliquias de la muerte: parte I’ es la mejor adaptación de un libro hecha película, y no me cabe duda alguna que la entrega final será la que ponga el broche de oro a esta grandísima saga cinematográfica.
Lo mejor: El ritmo de la película no decae en ningún momento y la acción está repartida a la perfección.
Lo peor: Absolutamente nada.
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