Crítica: "Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte II".

Ya no hay marcha atrás. La saga Harry Potter dice adiós y con él lo hace también un maravilloso mundo de fantasía para los millones de personas que como yo, han vivido intensamente cada una de las secuencias de su paso por la gran pantalla.

Es casi imposible juzgar “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte II” como una película independiente a su predecesora, de hecho habría de ser percibida como el tercer acto de aquélla, sí, un tercer acto de dos horas, pero al fin y al cabo, un tercer acto. Si hace seis meses, los tres protagonistas se lanzaban a la caza y captura de los Horrocruxes -- esos objetos que ocultan partes del alma de Lord Voldemort (Ralph Fiennes) --, ahora Harry (Daniel Radcliffe), Ron (Rupert Grint) y Hermione (Emma Watson) continúan con la búsqueda, al mismo tiempo que cuentan los minutos y segundos que les quedan para enfrentarse con su destino en la "batalla" que marcará el curso de sus vidas.

Para los más fanáticos deciros que su director David Yates ha logrado conservar una vez más el espíritu del libro. Se que muchos de vosotros no llegastéis a disfrutar “La orden del fénix” y “El misterio del príncipe”, especialmente la primera de éstas, pero personalmente creo que la dirección de Yates ha madurado a una velocidad considerable desde que comenzó en la saga. Es cierto que su técnica no es tan fácil de identificar como lo fueron las aportaciones de Chris Columbus (en las inocentes dos primeras películas) y Alfonso Cuarón (en la celebrada “El prisionero de Azkabán”), pero es innegable su admiración a las novelas de J.K. Rowling, lo que sin duda alguna le convierte en el director idóneo para cerrar este ciclo cinematográfico de diez Años de Harry Potter.

Plagada de acción frenética desde los primeros minutos y justa con la gran mayoría de los personajes que han dejado su huella en la franquicia (especialmente con Matthew Lewis por su retrato de Neville Longbottom y sobre todo con el gran Alan Rickman), la película es emocionante como ninguna otra (siendo el último acto no podía ser de otra manera), un gran blookbuster veraniego en el mejor de los sentidos.

Como fan, no hay queja. “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte II” es un regalo inolvidable hecho por y para nosotros, un verdadero espectáculo que por supuesto merecía un personaje que tantas horas de entretenimiento nos ha regalado.

Larga vida al señor Potter y compañeros de viaje.