Visualmente espectacular, "Sucker Punch" es sinónimo de entretenimiento puro y duro, cuya gran virtud se oculta tras un atractivo envoltorio de superproducción.
Confieso que tenía grandes expectativas con Sucker Punch, de sobra hemos hablado de ella en los últimos meses, y aunque uno entra con cierta desconfianza al cine aterrado por si lo que va a presenciar se convierte en una gran decepción, lo cierto es que desde el minuto uno hasta los momentos finales, la película mantiene el listón muy alto— cosa a la que no estamos acostumbrados en las superproducciones de Hollywood.
Quizá también es que pese a su elevado su presupuesto (atención porque los 80 millones invertidos son una miseria comparados con otros blockbusters recientes y el resultado técnicamente es una virguería), Sucker Punch no debe ser percibida como tal por mucho que los efectos especiales manden. Detrás de explosiones, dragones y demás artillería pesada, se encuentra una pequeña película única en su planteamiento y capaz de conmover al espectador presente y partícipe en las miserias (más o menos alejadas de la realidad) por las que atraviesan las jóvenes protagonistas.
Quizá también es que pese a su elevado su presupuesto (atención porque los 80 millones invertidos son una miseria comparados con otros blockbusters recientes y el resultado técnicamente es una virguería), Sucker Punch no debe ser percibida como tal por mucho que los efectos especiales manden. Detrás de explosiones, dragones y demás artillería pesada, se encuentra una pequeña película única en su planteamiento y capaz de conmover al espectador presente y partícipe en las miserias (más o menos alejadas de la realidad) por las que atraviesan las jóvenes protagonistas.
La historia está ambientada en los años 50, y mediante un soberbio prólogo al ritmo del clásico de los Eurythmics "Sweet Dreams" en la frágil voz de su protagonista, la actriz Emily Browning, conocemos la historia de Baby Doll, una joven que, contra su voluntad, es internada en una institución psiquiátrica por su padrastro, con el propósito de someterla a una lobotomía con la que olvide todo lo ocurrido en los últimos días. Una vez allí y con la ayuda de sus compañeras (Jena Malone, Abbie Cornish, Jamie Chung y Vanessa Hudgens) — a cada cual más estupenda— trazarán un plan de huida hacia la libertad que nos teletransporta a una serie de mundos imaginarios en los que las chicas se convierten en dignas protagonistas de videojuego.
Obra de culto o no, película para todos los públicos o no, Sucker Punch debería ser el evento cinematográfico de la temporada, aunque muy probablemente habría que sumergirse en una fantasía de película para que esto llegue a pasar.
En su primera aventura original (es el responsable del remake de 'Amenecer de los muertos', y de adaptar las novelas gráficas de Frank Miller '300' y 'Watchmen' de Alan Moore), el director Zack Snyder demuestra ser uno de los directores más peculiares y ambiciosos vistos en el cine actual. Con Sucker Punch queda claro que lo suyo va más allá de las extaordinarias secuencias de acción, al lograr que padezcamos, vibremos y nos emocionemos con las cinco protagonistas. Porque pese a ese envoltorio de superproducción, se esconde una historia de sacrificio, superación, amistad y recompensa final.
En su primera aventura original (es el responsable del remake de 'Amenecer de los muertos', y de adaptar las novelas gráficas de Frank Miller '300' y 'Watchmen' de Alan Moore), el director Zack Snyder demuestra ser uno de los directores más peculiares y ambiciosos vistos en el cine actual. Con Sucker Punch queda claro que lo suyo va más allá de las extaordinarias secuencias de acción, al lograr que padezcamos, vibremos y nos emocionemos con las cinco protagonistas. Porque pese a ese envoltorio de superproducción, se esconde una historia de sacrificio, superación, amistad y recompensa final.
Puntuación: 4' 5 sobre 5 estrellas.
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