A estas alturas no me sorprendería encontrar en la descripción de una película un subgénero llamado Nicholas Sparks. En los últimos años, el autor de novelas como "Un paseo para recordar" y "El diario de Noa" se ha convertido en una máquina de hacer dinero a base de relatos de lágrima fácil. Para los que no estéis muy puestos en su particular estilo, no os debería extrañar que en sus novelas/adaptaciones presenciemos alguna muerte que, bien nos pilla un poco por sorpresa ("Noches de tormenta"), o bien se veía venir desde el comienzo como en este caso.
La última canción (The last song), la novela, se escribió como encargo personal de la propia protagonista, la omnipresente Miley Cyrus que, siempre había soñado con protagonizar una película de Nicholas Sparks desde el momento en que vió a Mandy Moore en 'Un paseo para recordar'. Pese a las prisas con las que se le concedió el deseo a Cyrus, ya os adelanto que el resultado final es de las mejores adaptaciones del autor.
La última canción se desarrolla en una pequeña localidad costera del sur de Estados Unidos. Allí, un padre hasta ahora poco presente en la vida de sus hijos (Greg Kinnear) tiene una nueva oportunidad de pasar el verano con ellos, Ronnie (Miley Cyrus), una adolescente bastante hostil a la que le hubiera gustado quedarse en Nueva York, y el pequeño Jonah (Bobby Coleman). Especialmente Ronnie sufrió mucho con la separación de sus padres lo que le alejó de su única pasión en la vida, tocar el piano. En su nuevo hogar conocerá a Will (Liam Hemsworth) que le ayudará a poner de nuevo su vida en el camino adecuado y confiar de nuevo en su padre.
Curiosamente las dos últimas adaptaciones de este escritor de best-sellers, "Noches de tormenta" (2008) y "Querido John" (2010) prometían en principio mucho más de lo que luego nos ofrecieron, mientras que con La última canción me pasó todo lo contrario. En parte estaba aterrado por la idea de ver a Miley Cyrus con el peso de una película -no dudo que en el futuro pueda ser una gran actriz, pero por el momento no veo más allá de una joven recién salida de Disney-, y el que la novela y su correspondiente adaptación al cine se hicieran con tanta prisa no era buena señal. Por suerte, La última canción va más allá de un romance de verano y profundiza en otros temas como la amistad y lo difícil que resulta muchos veces obtener comprensión de los padres.
También por suerte, Miley Cyrus sale bien parada de su papel como la adolescente Ronnie, no tanto en los primeros minutos de la película donde se pasea con el ceño fruncido y luciendo dentadura en señal de rebeldía. Acompañándola, Liam Hemsworth luce físico casi todo el tiempo pero no os voy a negar que el chico también tiene ciertas habilidades en las escenas más dramáticas. Completando el reparto, tenemos a Greg Kinnear que poco más puede hacer que seguir demostrando lo grandísimo actor que és, mientras que Kelly Preston en el papel de su ex-mujer se limita a aparecer en contadas escenas por lo que su presencia es casi insustancial.
Su fotografía de las atractivas playas de Georgia, la maravillosa banda sonora que una vez más acompaña una cinta del autor y su reparto, hacen de esta última canción una más que aceptable adaptación que disfrutarán por igual fanáticos de la estrella Disney y fanáticos de las novelas de Sparks.
Curiosamente las dos últimas adaptaciones de este escritor de best-sellers, "Noches de tormenta" (2008) y "Querido John" (2010) prometían en principio mucho más de lo que luego nos ofrecieron, mientras que con La última canción me pasó todo lo contrario. En parte estaba aterrado por la idea de ver a Miley Cyrus con el peso de una película -no dudo que en el futuro pueda ser una gran actriz, pero por el momento no veo más allá de una joven recién salida de Disney-, y el que la novela y su correspondiente adaptación al cine se hicieran con tanta prisa no era buena señal. Por suerte, La última canción va más allá de un romance de verano y profundiza en otros temas como la amistad y lo difícil que resulta muchos veces obtener comprensión de los padres.
También por suerte, Miley Cyrus sale bien parada de su papel como la adolescente Ronnie, no tanto en los primeros minutos de la película donde se pasea con el ceño fruncido y luciendo dentadura en señal de rebeldía. Acompañándola, Liam Hemsworth luce físico casi todo el tiempo pero no os voy a negar que el chico también tiene ciertas habilidades en las escenas más dramáticas. Completando el reparto, tenemos a Greg Kinnear que poco más puede hacer que seguir demostrando lo grandísimo actor que és, mientras que Kelly Preston en el papel de su ex-mujer se limita a aparecer en contadas escenas por lo que su presencia es casi insustancial.
Su fotografía de las atractivas playas de Georgia, la maravillosa banda sonora que una vez más acompaña una cinta del autor y su reparto, hacen de esta última canción una más que aceptable adaptación que disfrutarán por igual fanáticos de la estrella Disney y fanáticos de las novelas de Sparks.
Calificación: 3,5 sobre 5 estrellas.
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