Crítica: En la boda de mi hermana (When In Rome)

'En la boda de mi hermana' (When In Rome) se estrenó de forma muy discreta en nuestras carteleras este verano tras un paso por la taquilla norteamericana bastante decente para el tipo de película que resulta ser. Dirigida por Mark Steven Johnson que, tras cogerle el gusto al cine de superhéroes - él es responsable de Daredevil y de Ghost Rider, se pasa al género de la comedia romántica con muy poca fortuna. Y es una pena, porque este When In Rome que contaba a priori con un reparto bastante interesante, repleto de caras conocidas y grandes veteranos, es un auténtico despropósito tras otro.

La película nos presenta a Beth (Kristen Bell), una joven con muy poca suerte en el amor que vive por y para su trabajo. Para asistir a la boda de su hermana con un italiano que acaba de conocer, tiene que viajar a Roma. Casualidades de la vida, Nick (Josh Duhamel) el padrino del novio parece ser el chico que Beth siempre ha estado buscando y cuando la joven se decide a arriesgar y conocerle, Nick resulta ser todo lo contrario a lo que ella buscaba. Borracha y desilusionada, acaba en una fuente del amor donde se le ocurre coger unas monedas que provocarán que un grupo de hombres, entre los que se encuentra el propio Nick, se enamoren de ella, lo que da lugar a una serie de situaciones subrealistas y complétamente fuera de lugar.


Pese a que suponemos que era la intención, la película no es divertida, y todos aquellos que vayan en busca de romance aquí no lo van a encontrar. El guión no tiene ni pies ni cabeza, y tampoco sus personajes, puesto que se trata exclusivamente de un grupo de personajes horteras haciendo estupideces frente a la cámara. De hecho la película es tan mala que hay una escena que sucede en un restaurante a oscuras en la que los camareros llevan gafas de visión nocturna para poder atender a los clientes, que estoy seguro provocará vergüenza ajena en más de uno. Y por supuesto si contaban con recorrer Roma sin moverse de la butaca, no va a ser así puesto que el 90% de la película sucede en Nueva York.


Mientras, en el apartado de los actores, tenemos a Kristen Bell que es muy guapa sí, pero que no es actriz suficiente como para llevar una película ella sola. A su lado, Josh Duhamel que vuelve a ejercer de galán, tiene presencia y eso se nota en las escenas en las que aparecen juntos. Lo que no entiendo es la participación de la elegante Anjelica Huston en este caos, aunque su papel se salva de la quema porque no tiene peso alguno en la historia. En cambio lo de Danny DeVito sí se entiende, ya que no ha tenido mucho ojo en su carrera eligiendo papeles. También están Will Arnet, un ridículo Jon Heder, Dax Shepard -que interpreta un papel que desde luego no tiene nada que ver con él, y Lee Pace que apenas aparece unos segundos en pantalla.

En resumen, no desperdicies tu tiempo excepto que seas seguidor de Kristen Bell y Josh Duhamel y aún así quieras verlos en un película terrible donde las haya.

Lo mejor: Las escenas con los dos protagonistas.
Lo peor: Prácticamente todo, pero sobre todo que se llame comedia cuando no tiene gracia alguna.