Después de la nefasta cuarta entrega, la franquicia "Destino final" retoma el vuelo con una disfrutable y enérgica secuela (casi) al nivel de las primeras películas.
Este "Destino final 5" sustituye al grupo habitual de adolescentes descerebrados por la plantilla de una compañía de papel que tiene la suerte [o desgracia] de escapar con vida a un derrumbamiento de un puente, después de que el personaje de Sam (Nicholas D'Agosto) prevea el desastre.
Pero la muerte no es tonta y como dice el personaje de Tony Todd (en su regreso a la saga): "Unos pocos sobreviven al desastre y después, la muerte viene por ellos".
Por fortuna, esta vez los guionistas se permiten el lujo de aportar ideas nuevas (especialmente con el giro final de la trama), al tiempo que nos sorprende con algún que otro guiño a la cinta original de James Wong, del que no todo el mundo se percatará.
Por supuesto, "Destino final 5" no es una película recomendable más allá de sus fieles seguidores. A estas alturas, quien tenga interés en la saga es porque sabe a lo que se enfrenta. Pero eso no quita que como quinta entrega de una saga trillada, el resultado sea más que satisfactorio.
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