La comedia romántica "suele" ser un género amable con el espectador. Casi siempre, nuestros protagonistas tienen un desafortunado primer encuentro que por casualidades de la vida vuelve a repetirse a lo largo de la historia para que finalmente se den cuenta de que no era tan malo como en un principio podían haber pensado. A este género pertenece nuestra siguiente película, la cinta Tenías que ser tú (Leap Year), dirigida por Anand Tucke, eterna comedia romántica americana en forma de road movie que da jústamente lo que esperabas de ella.
Amy Adams interpreta a Anna, una mujer americana un tanto estresada que viaja hasta Dublín para proponerle matrimonio a su novio el 29 de febrero, siguiendo así una tradición irlandesa. Sin embargo, las complicaciones climáticas desbaratarán sus planes de viaje, y la joven tendrá que pedirle ayuda a un maleducado posadero con el que se embarcará en una travesía por el país para llegar a tiempo a la cita.
No os voy a engañar, pese a lo predecible que resulta la historia, no puedo negar cierto encanto irlandés que hace que sus defectos se camuflen bajo los maravillosos paisajes que recorremos sin movernos del sillón (estupenda fotografía de Newton Thomas Sigel). También es cierto que su pareja protagonista es un pilar fundamental para que el ritmo de esta (un poco) excesiva película de 100 minutos no se venga abajo en alguna que otra escena que poco aporta a su sencilla trama. La pelirroja Amy Adams es buena actriz y logra que su personaje, un poco caprichosa todo sea dicho, caiga bien en el espectador. Adams tiene gracia para la comedia y sus escenas de amor-odio con el personaje de Matthew Goode demuestran que entre ellos hay una complicidad necesaria en una película en la que ambos aparecen juntos en casi todas las escenas. Goode está perfecto como Declan, un sombrió galán reacio a creer en el amor. Este actor británico se mueve como pez en el agua en la comedia romántica como pudimos comprobar años atrás en la película 'Deseando libertad', con la que por cierto guarda muchas similitudes. Su excelente química es fruto de dos actores que, crean o no en el material que están rodando, saben dotar a sus personajes del carisma exigido por el guión de Deborah Kaplan, Simon Beaufoy y Harry Elfont.
Tenías que ser tú no aportará absolutamente nada que no hayamos visto en infinidad de veces pero tiene más de comedia clásica dulce que de comedia tonta burda véase el caso de 'En la boda de mi hermana'.
Lo mejor: El buen trabajo de sus dos protagonistas y su fotografía.
Lo peor: Que pese a sus virtudes, es una comedia romántica más a olvidar en pocos días.
3 estrellas sobre 5.
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