En un momento en el que la cartelera de nuestros cines no pasa por el momento, a veces es preferible sentarse frente al televisor y darle la oportunidad a películas que a priori no nos llamaron la atención en su (fugaz) paso por la gran pantalla.
En este grupo se encuentra la cinta de Catherine Zeta-Jones, Mi segunda vez (The Rebound), una comedia romántica que se empeña en hacernos ver lo complicado que és sacar adelante una relación a pesar de lo mucho que pueden quererse dos personas por cosas como la diferencia de edad que existe entre ellos.
Sandy (Zeta-Jones) es un ama de casa, esposa y madre de dos hijos que ve como su vida cambia de rumbo al descubrir que su marido la engaña. Esta situación la lleva a mudarse a Nueva York para empezar de nuevo. Con apartamento y trabajo nuevo, hay algo que se le resiste a Sandy, y es que a sus cuarenta años le resulta especiálmente difícil empezar a tener citas. Todo cambia en el momento que empieza a ver en el niñero de sus hijos, de veinticinco años (al que interpreta Justin Bartha), a esa persona que podría volver a hacerle creer en el amor, si no fuese por los problemas que tiene salir con alguien quince años menor.
Ante todo es un placer ver a la actriz Catherine Zeta-Jones tan cómoda en el género de la comedia romántica y es que es una de esas grandes actrices que acostumbra a resolver con gran elegancia todos y cada uno de sus papeles. Y en el caso de su compañero Justin Bartha, está irresistible como Aram, por lo que a mis ojos la pareja funciona bastante bien.
Pero pese a esto, ver Mi segunda vez es como retroceder en el tiempo y recordar una de esas comedias románticas que tanto les gustaba protagonizar a actrices como Jennifer Aniston y compañía, lo que no sería del todo malo si no abusara tantísimo de ese aire clásico y, en ocasiones, desfasado.
Como comedia no acaba de funcionar porque no tiene gracia y como cinta romántica tampoco brilla porque no tiene el alma suficiente pese a sus buenas intenciones, pero eso no quiere decir que no me haya resultado simpática y amable de ver, y el que sus protagonistas se lo crean ayuda bastante.
En este grupo se encuentra la cinta de Catherine Zeta-Jones, Mi segunda vez (The Rebound), una comedia romántica que se empeña en hacernos ver lo complicado que és sacar adelante una relación a pesar de lo mucho que pueden quererse dos personas por cosas como la diferencia de edad que existe entre ellos.
Sandy (Zeta-Jones) es un ama de casa, esposa y madre de dos hijos que ve como su vida cambia de rumbo al descubrir que su marido la engaña. Esta situación la lleva a mudarse a Nueva York para empezar de nuevo. Con apartamento y trabajo nuevo, hay algo que se le resiste a Sandy, y es que a sus cuarenta años le resulta especiálmente difícil empezar a tener citas. Todo cambia en el momento que empieza a ver en el niñero de sus hijos, de veinticinco años (al que interpreta Justin Bartha), a esa persona que podría volver a hacerle creer en el amor, si no fuese por los problemas que tiene salir con alguien quince años menor. Ante todo es un placer ver a la actriz Catherine Zeta-Jones tan cómoda en el género de la comedia romántica y es que es una de esas grandes actrices que acostumbra a resolver con gran elegancia todos y cada uno de sus papeles. Y en el caso de su compañero Justin Bartha, está irresistible como Aram, por lo que a mis ojos la pareja funciona bastante bien.
Pero pese a esto, ver Mi segunda vez es como retroceder en el tiempo y recordar una de esas comedias románticas que tanto les gustaba protagonizar a actrices como Jennifer Aniston y compañía, lo que no sería del todo malo si no abusara tantísimo de ese aire clásico y, en ocasiones, desfasado.
Como comedia no acaba de funcionar porque no tiene gracia y como cinta romántica tampoco brilla porque no tiene el alma suficiente pese a sus buenas intenciones, pero eso no quiere decir que no me haya resultado simpática y amable de ver, y el que sus protagonistas se lo crean ayuda bastante.
Valoración: 2.5 sobre 5 estrellas.
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