Crítica: "El inocente".

Cuesta creer que entre tanta comedia romántica (con o sin Kate Hudson), todavía haya espacio para ver a un McConaughey capaz de distinguir un buen papel como el de Mickey Haller en "El inocente", un abogado defensor que trabaja las calles (literalmente) de la ciudad de Los Ángeles a bordo de su Lincoln y en compañía de su chófer (Laurence Mason), testigo de las armas (astucia, encanto y mucha, pero que mucha soberbia) de su peculiar jefe a la hora de tratar con su clientela. Su vida sufre un complicado giro con un nuevo caso, el de Louis Roulet (interpretado por Ryan Phillippe), un atractivo joven -- ya no tan joven -- e hijo de una ricachona e influyente señora de negocios (Frances Fisher) al que acusan de agresión a una mujer.

Basada en una novela superventas del autor Michael Connelly ('Deuda de Sangre'), "El inocente" supone el debut en la gran pantalla de Brad Furman que, como te contamos, dirigirá la próxima 'Cry Macho' con la que Schwarzenegger vuelve al cine. Furman procede del mundo de los vídeos musicales y esas habilidades funcionan a la perfección a la hora de infundir una cantidad de energía importante a la película (la banda sonora a ritmo de jazz y hip hop no tiene desperdicio). La película es, sin embargo, atractiva desde un primer momento, y así se mantiene durante sus dos horas de duración, si bien al tratarse de un drama judicial, a más de uno le resultará un poca tramposa en el tramo final y algo compleja por momentos (claro que no descarto que la culpa sea mía y de mis graves problemas a la hora de retener los nombres de los personajes, cosa que en "El inocente" me costó lo suyo).

También atractivo es el excelente reparto de secundarios (sólidos William H.Macy, John Leguizamo, Josh Lucas y una muy, muy sexy Marisa Tomei), aunque sin duda la gran sorpresa de la cinta es ver al tejano Matthew McConaughey en una actuación soberbia y desprendiendo una vez más el encanto que le ha hecho prácticamente irresistible en cualquier comedia romántica que se precie, lo que por otro lado no deja de ser una verdadera pena, porque a estas alturas de su carrera nos nos debería pillar por sorpresa su capacidad como actor.